El funeral de Estado de John F. Kennedy tuvo lugar durante los tres días siguientes a su asesinato ocurrido el 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas. El cuerpo del Presidente Kennedy fue trasladado a Washington, D.C. y puesto en el Cuarto Este de la Casa Blanca durante 24 horas. El domingo después de su asesinato su ataúd fue llevado por caballos en un armón al Capitolio para que fuera velado en público. Durante el día y la noche miles de personas se alinearon para ver el ataúd.