En teoría de la complejidad computacional, se dice que una función es una función de espacio constructivo si existe una Máquina de Turing que toda entrada de longitud n utiliza a lo sumo S(n) casillas (sin contar las casillas de la entrada) y además, para todo natural n existe una entrada de longitud n que utiliza exactamente S(n) casillas. Las funciones de espacio constructivo se utilizan para definir clases de complejidad acotadas por espacio.