Después del nacimiento en Inglaterra de la denominada Masonería simbólica, en 1717, el interés de las elites anglófilas por la francmasonería hace que se creen Logias en Francia y en el resto de Europa. La curiosidad del público es entonces ya viva. La predisposición de muchos miembros cultivados de la sociedad hace que la nueva institución se desarrolle y se extienda en todo el mundo en algunas décadas. Incluye al principio dos grados (aprendiz aceptado y compañero).