El feminismo de la diferencia nace a mediados de los años 70 en Estados Unidos y Francia. Provenía de grupos feministas radicales, y, con su lema "ser mujer es hermoso", abogaba por identificar y defender las características propias de la mujer. Consideran que los hombres son, por naturaleza, agresivos, guerreros y depredadores, y por tanto, las mujeres no deben entrar en ese juego e intentar imitarlos. Una de sus teóricas fue una italiana, Carla Lonzi.