La figura del rey Felipe IV de España fue objeto de muchas pinturas barrocas del siglo XVII, entre ellos de Peter Paul Rubens. Sin embargo, son especialmente famosas las pinturas que el sevillano Diego Velázquez, hizo del rey y otros personajes de la corte. Tal fama adquirió que fue nombrado pintor de cámara, y caso único en la historia, miembro de la Orden de Santiago, que entonces excluía a los pintores y a todo aquel que desempeñase una labor manual.