La fauna de España presenta una amplia diversidad que se debe en gran parte la posición geográfica de la Península Ibérica, entre el Atlántico y el Mediterráneo y entre África y Eurasia, y la gran diversidad de hábitats y biotopos, consecuencia de una variedad considerable de climas y regiones bien diferenciadas. Ciertas especies autóctonas se han extendido por todo el mundo, como lo hizo en la Antigüedad el conejo, animal que dio nombre a la propia España, o el canario en la Edad Moderna.