La expulsión de alemanes de Checoslovaquia fue parte de una serie de expulsiones de alemanes de Europa Central y Oriental tras la Segunda Guerra Mundial. La explicación principal para las expulsiones fue un castigo colectivo a los alemanes étnicos por su colaboración con la Alemania Nazi por la secesión del territorio denominado Sudetes de Checoslovaquia bajo los Acuerdos de Múnich de 1938.