El día 18 de agosto del año 1947 se produjo la explosión de un polvorín de la Armada en Cádiz, España. La magnitud de la explosión fue tal que el fogonazo pudo verse desde el acuartelamiento militar español ubicado en Monte Hacho. Se formó una nube de hongo visible desde toda la Bahía de Cádiz, Huelva y algunos pueblos de Sevilla. El ruido de la explosión fue oído hasta en la propia capital hispalense, e incluso hasta en Portugal donde creyeron que se trataba de un temblor sísmico.