Las reclamaciones españolas de Alaska y la costa oeste de América del Norte datan de la bula papal de 1493 y del Tratado de Tordesillas. En 1513, esta reinvidicación se vio reforzada por el explorador español Vasco Núñez de Balboa, el primer europeo en avistar el océano Pacífico, cuando reclamó todas las tierras que limitasen con ese océano para la Corona de España.