En la mitología griega Etra (en griego antiguo Αἴθρα, pronunciado Aethra o Aíthra, el "cielo luminoso") era una hija de Piteo, rey de Trecén. Belerofonte demandó su mano, pero desapareció de Corinto antes de que las bodas se celebraran. Fue sorprendida en una ocasión por Poseidón en la isla de Esferia, a donde había ido, debido a un sueño, con el propósito de ofrecer un sacrificio sobre la tumba de Esfero.