Enrique de Guzmán y Ribera fue un noble y hombre de estado español. Fue II conde de Olivares, tesorero mayor de Castilla, alcaide del alcázar de Sevilla, embajador de España en Francia y Roma, y más tarde, consejero de Estado. Fue hijo de Pedro de Guzmán y Zúñiga, I conde de Olivares, y de Francisca de Ribera Niño.