Los derechos humanos en Chile son generalmente respetados por el gobierno. Hubo informes aislados de uso excesivo de fuerza y maltrato por policías, de abuso físico en cárceles y prisiones, y de condiciones de prisión generalmente de calidad inferior. Las autoridades dejaron de informar puntualmente a los detenidos de sus cargos y de concederles una audiencia oportuna. La violencia doméstica contra mujeres, y niños era extendida.