La decoración en relieve consiste en aplicar con arcilla líquida sobre la pieza elegida (vasija, plato, azulejo, etc. ) motivos de ornamentación previamente modelados a mano o con molde. Para la composición de estos relieves se utiliza arcilla, agua, esmalte, grasa, óxidos metálicos y pintura vidriosa. En la cerámica tradicional hispano-morisca este trabajo se hacía empleando dos técnicas: la de cuenca o arista y la cuerda seca.