La cultura de los sepulcros de fosa se estableció en Cataluña hacia el 4000 a. C. a la vez que en la zona Valencia se mantenía la cultura neolítica oriental anterior. Era un pueblo de campesinos que vivía de sus cosechas. No vivían en cuevas sino en cabañas cerca de los campos. Se cree que vinieron de Suiza y el norte de Italia, donde el sistema de enterramiento y algunos elementos de la cerámica (como los vasos de boca cuadrada) también se daban.