La Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud, más conocida como Cruz de los Jóvenes, es un crucifijo de madera itinerante que va viajando por distintos países desde el año 1984. Fue entregada a los jóvenes católicos por el papa Juan Pablo II al finalizar el Año Santo con las palabras Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús.