El reino de Croacia se unió a Hungría en 1102, pasando ambos reinos a estar unidos en la persona del monarca magiar. Esta unión dio fin a tres siglos de independencia croata. La sumisión dinástica de Croacia con el Reino de Hungría en la llamada Corona de San Esteban tuvo importantes consecuencias. Para comenzar el territorio pasó a ser gobernado por un Ban en nombre del rey.