El convento de la Concepción Benedictina en Toledo tuvo su origen en un beaterio para mujeres, fundado en 1487 por don Diego Fernández de Úbeda. A partir de un pequeño núcleo inicial, el beaterio fue adquiriendo otros inmuebles adyacentes para levantar el conjunto conventual actual. Las obras de la iglesia y del convento se inician en 1633, bajo trazas y diseños de Lorenzo Fernández de Salazar.