El Concierto para saxofón alto en mi bemol mayor, op. 109, escrito para orquesta de cuerdas (Op. 109) y orquesta completa (Op. 109a). Fue escrito en 1935 a manos de Alexandr Glazunov, tiempo antes de su muerte. Glazunov, exiliado por entonces en París, se sentía atraído por la llamativa sonoridad del saxofón (ya había compuesto incluso un cuarteto de saxofones), inventado casi un siglo antes por Adolphe Sax, y que entonces apenas contaba con un pequeño repertorio.