Desde su nacimiento, los Países Bajos fueron una de las mayores potencias coloniales de la época. Desde mediados del siglo XVI, comerciantes holandeses incursionaron en las colonias españolas de las Antillas, siendo su primera colonia Nueva Ámsterdam en 1625, y estableciéndose en las Antillas Menores y en zonas del Brasil de donde fueron expulsados en 1654.