En la mitología griega, Clímeno era un rey de Arcadia hijo de Céneo y esposo de Epicaste de Argos, con la que tuvo una hija especialmente bella llamada Harpálice (Ἀρπαλύκη), de la que se enamoró perdidamente. Confabulado con la nodriza de su hija logró satisfacer sus deseos incestuosos, crimen que Harpálice nunca le perdonaría.