Construida entre los años 1647 y 1666 en el centro de Trujillo, en el Perú. Su estructura es apaisada y maciza, diseñado de este modo para adaptarse a los terremotos que afectan la zona del Océano Pacífico de la costa peruana. Su interior es bastante sobrio. Presenta retablos rococós pintados de blanco con dorado y uno barroco con los mismos colores; los lienzos que conserva pertenecen a la escuela cuzqueña de pintura y quiteña.