Construido en el siglo XIX en Valladolid con el fin de abastecer de agua potable la ciudad y crear una gran superficie de regadío en sus alrededores. Valladolid siempre había tenido problemas para obtener agua apta para el consumo humano porque estaba situada en la confluencia del Pisuerga y su afluente la Esgueva, que llegaba en varios ramales formando una gran zona pantanosa e insalubre. Anteriormente se tomaban las aguas del Canal de Castilla.