El caballo menorquín es una raza de caballo propia de Menorca. Su existencia es muy antigua y es un ejemplo de raza preservada a lo largo de los siglos. Tiene su origen en los caballos meridionales de la Península Ibérica. Es un pariente cercano del caballo mallorquín y del caballo catalán, este último ya extinguido. Es una raza que siempre ha sido apreciada, ya sea para el campo como para la equitación.