Bruno Lüdke fue un asesino en serie alemán que, según se cree, habría asesinado a más de 80 personas. A pesar de que es comúnmente considerado como el asesino en serie más mortífero de la Europa continental, algunos criminólogos han puesto en duda la magnitud de su actividad, alegando que muchos de sus confesiones fueron forzadas por la policía para solucionar casos.