El barroco siciliano fue distintivo de la arquitectura barroca que se desarrolló en la isla de Sicilia, al sur de las costas de Italia durante los siglos XVII y XVIII. El estilo se reconoce no sólo por sus típicas curvas y florituras barrocas, sino también por sus máscaras sonrientes y "puttis" con la particular extravagancia que le ha dado a Sicilia una identidad arquitectónica única. El estilo barroco siciliano voló durante la gran reconstrucción edilicia que siguió al terremoto de 1693.