En la mitología griega, Antíope era una hija del rey Nicteo de Tebas y de Polixo o, según otras versiones, del río Asopo, que baña dicha ciudad. Su belleza era tan extraordinaria que el mismo Zeus se fijó en ella, dejándola embarazada tras seducirla tomando forma de sátiro. Sin embargo, Antíope tuvo que huir de la cólera de su padre, que no creía que el amante de su hija fuera el rey de los dioses y la acusaba de blasfemia. Aconsejada por el mismo Zeus disfrazado de lechuza, fue hacia Sición.