Anthonius Johannes (Anton) Geesink fue uno de los mejores judokas que ha dado Europa, y considerado como posiblemente el mejor del mundo en su época. Con 1,98 metros de estatura y 121 kilos de peso, en 1961 se convirtió en el primer luchador no japonés en ganar un título mundial de judo (título que repitió en 1965), y en los Juegos Olímpicos de 1964, precisamente en Tokio, asombró al público al lograr conquistar la medalla de oro en la categoría sin límite de peso.