Conocida mundialmente por su diversidad biológica y el sistema de conservación modelo, Costa Rica es el hogar de una gran variedad de anfibios, con casi 200 especies formando parte de una fauna singular, 20 de las cuales son endémicas. La fragilidad del grupo y su susceptibilidad a los microcambios ambientales los vuelven muy vulnerables a las alteraciones de los hábitats naturales que ocupan, tal como los ecosistemas tropicales o los nichos en los estratos medios de los bosques.