El Acuerdo anglo-irlandés fue un acuerdo firmado entre el Reino Unido y la República de Irlanda, con el objetivo de poner final al Conflicto de Irlanda del Norte. El acuerdo proveyó a Irlanda de un papel consultivo en Irlanda del Norte, además de confirmarse que Irlanda del Norte seguería siendo parte del Reino Unido a no ser que la mayoría de los ciudadanos norirlandeses estuviera de acuerdo en unirse a Irlanda.